Redactor: Sam Torne
Nacido como Tafari Makonnen el 23 de julio de 1892 en Ejersa Goro, cerca de Harar, Etiopía, fue una figura central en la historia africana del siglo XX. Su liderazgo como emperador de Etiopía desde 1930 hasta 1974 no solo transformó su nación, sino que también inspiró el surgimiento del movimiento rastafari en Jamaica, donde es venerado como la encarnación de Jah, el Dios viviente.
Hijo de Ras Makonnen Woldemikael, un destacado general y consejero del emperador Menelik II, Tafari Makonnen recibió una educación que combinaba tradiciones etíopes y conocimientos occidentales. Su inteligencia y habilidades diplomáticas lo llevaron a ocupar cargos gubernamentales desde temprana edad, incluyendo la gobernación de las provincias de Sidamo y Harar. En 1916, tras la deposición de Lij Iyasu, fue nombrado regente y heredero aparente bajo el título de Ras Tafari. Finalmente, en 1930, ascendió al trono como Haile Selassie I, que significa «Poder de la Trinidad».
Modernización de Etiopía
Como emperador, Haile Selassie emprendió una serie de reformas destinadas a modernizar Etiopía. Introdujo una constitución en 1931 que establecía un parlamento bicameral y promovió la educación y la infraestructura. Sin embargo, su reinado enfrentó desafíos significativos, incluyendo la invasión italiana de 1935, que lo obligó a exiliarse temporalmente. Durante su exilio, se dirigió a la Sociedad de Naciones en 1936, denunciando la agresión italiana y abogando por la justicia internacional.
Tras la liberación de Etiopía en 1941 con la ayuda de las fuerzas aliadas, Haile Selassie retomó el trono y continuó sus esfuerzos de modernización. Fue un defensor clave del panafricanismo y jugó un papel fundamental en la fundación de la Organización de la Unidad Africana en 1963, con sede en Addis Abeba. Su visión era una África unida y libre del colonialismo, y trabajó incansablemente para promover la cooperación entre las naciones africanas.
Inspiración del movimiento rastafari
En Jamaica, la coronación de Haile Selassie en 1930 fue interpretada por algunos como el cumplimiento de una profecía de Marcus Garvey, quien había proclamado: "Miren a África, donde un rey negro será coronado, porque el día de la liberación está cerca". Para los seguidores del movimiento rastafari, Haile Selassie es considerado la encarnación de Jah (Dios) y el Mesías que lideraría a los pueblos de la diáspora africana hacia la redención. Aunque Haile Selassie nunca se proclamó como tal, su visita a Jamaica en 1966 fortaleció su estatus entre los rastafaris, consolidando su influencia espiritual y cultural.
Fallecimiento
El reinado de Haile Selassie culminó en 1974 cuando fue depuesto por un golpe de Estado que estableció un régimen marxista en Etiopía. Falleció en 1975 bajo circunstancias controvertidas, y su legado sigue siendo objeto de debate. Para muchos, es recordado como un líder visionario que buscó modernizar Etiopía y promover la unidad africana. Para los rastafaris, continúa siendo una figura divina y una fuente de inspiración espiritual.
La vida de Haile Selassie I refleja la complejidad de un líder que navegó entre la tradición y la modernidad, la política y la espiritualidad, dejando una huella indeleble tanto en la historia de Etiopía como en la cultura global.
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