Redactor: Sam Torne
América Latina ha sido una región clave en el debate global sobre la regulación del cannabis, con avances importantes en algunos países, pero también con retos que frenan su potencial. Desde Uruguay, el pionero en legalizar el uso recreativo del cannabis en 2013, hasta Colombia y México, la región ha mostrado un enfoque mixto que oscila entre la legalización y las estrictas prohibiciones.
En Brasil, bajo el mandato de Lula da Silva, se espera una flexibilización en las políticas relacionadas con el cannabis, lo que podría transformar el mercado medicinal y atraer nuevas inversiones. En 2023, el mercado brasileño de cannabis medicinal generó más de 140 millones de dólares, impulsado por un creciente número de pacientes que utilizan cannabidiol (CBD) para tratar diversas condiciones médicas.
Por otro lado, en Argentina, la situación es incierta. La asunción de Javier Milei ha congelado los avances en la regulación del cannabis, a pesar de que el país había mostrado importantes progresos en años anteriores. Aunque algunas provincias, como Jujuy, han comenzado a exportar productos de cannabis medicinal, el marco regulatorio enfrenta trabas que desalientan la inversión.
Pioneros y retos
Uruguay y Colombia, que fueron los primeros en regular el cannabis, ahora enfrentan desafíos en la implementación de sus políticas. En Uruguay, la falta de inversión y la burocracia excesiva han limitado el crecimiento del sector, mientras que en Colombia, aunque se han realizado exportaciones de cannabis medicinal, la industria sigue enfrentando dificultades debido a un entorno regulatorio restrictivo.
En México, a pesar de que la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucionales ciertas restricciones al consumo recreativo de cannabis en 2018, la legislación no ha avanzado como se esperaba. Con el cambio de gobierno bajo Claudia Sheinbaum, existe la esperanza de que se concrete una reforma integral.
¿Un mercado integrado o estancado?
Aunque algunos países han logrado avances significativos, la región en su conjunto enfrenta obstáculos importantes, como la falta de coordinación entre los marcos regulatorios y la resistencia política en varios frentes. Esta disparidad complica la posibilidad de un mercado integrado en América Latina. Sin embargo, la creciente demanda de cannabis medicinal y el interés de actores internacionales podrían impulsar un cambio positivo en los próximos años.
La regulación del cannabis en América Latina está en una encrucijada: algunos países avanzan hacia la integración en el mercado global, mientras que otros luchan por superar barreras internas que frenan su desarrollo.
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