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El mundo vibra al ritmo del reggae: ¿Por qué celebrar el 1 de julio?

Redacción:  Amairany Ramírez  

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¿Por qué celebrar el 1 de julio?

Cada 1 de julio, miles de personas en todo el planeta se unen para conmemorar el Día Internacional del Reggae. Esta fecha especial no solo rinde homenaje a un género musical, sino que celebra un verdadero estandarte de resistencia, identidad afrocaribeña y un poderoso llamado a la unidad global. Desde 2018, este día tiene un reconocimiento oficial de la UNESCO, que declaró al reggae como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, legitimando su profunda importancia a nivel mundial. 


Aunque la oficialización de la UNESCO llegó en 2018, la celebración del Día Internacional del Reggae es mucho más antigua. Nació en Jamaica en 1994, impulsada por la activista y comunicadora Andrea Davis. Esta iniciativa surgió del deseo de honrar un género musical que se había convertido en la voz de la resistencia, la identidad y la espiritualidad para millones de personas. Con el tiempo, lo que comenzó como una celebración local, creció hasta convertirse en una jornada global de reflexión y celebración. 


El reggae tiene sus raíces profundas en las calles de Kingston, Jamaica, a finales de los años 60. Surgió como una evolución de ritmos como el ska y el rocksteady, en un momento de gran agitación social. Con su cadencia pausada, el bajo como protagonista y sus letras cargadas de contenido político y espiritual, el reggae se transformó rápidamente en la "voz de los marginados". No era solo música; era una forma de expresión para una generación que buscaba identidad, respeto y justicia. 


Artistas legendarios como Bob Marley, Peter Tosh, Burning Spear y Jimmy Cliff fueron pioneros en difundir su mensaje, pero cientos de voces, desde los barrios, han continuado expandiendo su legado. Sus letras han abordado temas cruciales como la opresión colonial, el racismo, la pobreza, la espiritualidad rastafari, la unidad africana y los derechos humanos. El famoso estribillo “One love, one heart, let’s get together and feel all right” no es solo una canción, es una verdadera filosofía de vida que promueve la paz, la hermandad y el respeto por la naturaleza. 


El reggae es mucho más que un sonido; es un estilo de vida. Sus símbolos, como los colores rojo, amarillo y verde, el león de Judá y el uso de los dreadlocks, no son solo adornos, sino signos de identidad espiritual y política que trascienden fronteras. Su capacidad de adaptación le ha permitido mezclarse con otros géneros como el hip hop o el dancehall, sin perder nunca su esencia. Desde los guetos de Kingston, el reggae ha encontrado eco en jóvenes de los años 70 y se ha mantenido como una música comprometida en festivales europeos, carnavales africanos y movimientos sociales latinoamericanos. 

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