Redactor: Sam Torne
El consumo de cannabis a lo largo de la vida ha sido objeto de estudio debido a su asociación con cambios en la estructura y función del cerebro, especialmente en etapas avanzadas. Sin embargo, un estudio reciente publicado en BMJ Mental Health, dirigido por Gary O’Donovan de la Universidad de Los Andes, cuestiona si estas diferencias son realmente causadas por el consumo de cannabis o si otros factores no identificados podrían estar en juego.
Investigaciones previas sugieren que los consumidores de cannabis presentan alteraciones en la materia blanca del cerebro, específicamente en el cuerpo calloso, la vía principal de comunicación entre los hemisferios cerebrales. Además, se ha encontrado una conectividad neuronal más débil en las áreas que conforman la red neuronal por defecto, activa durante la introspección y la ensoñación.
Estos cambios, según los científicos, podrían afectar negativamente el rendimiento cognitivo y las funciones cerebrales. Sin embargo, las pruebas genéticas no lograron confirmar una relación causal directa entre el consumo de cannabis y estas alteraciones, lo que deja abierta la posibilidad de que otros factores, como el estilo de vida o predisposiciones genéticas, influyan en estos resultados.
Aleatorización mendeliana: ¿una herramienta clave?
Para aclarar la relación entre el consumo de cannabis y los cambios cerebrales, los investigadores utilizaron la técnica de aleatorización mendeliana. Esta técnica se basa en el análisis de variantes genéticas que indican si una persona tiene predisposición al consumo de cannabis, permitiendo así evaluar si el uso de la sustancia está directamente relacionado con las alteraciones observadas en el cerebro.
El estudio se basó en datos de 15,896 personas que participaron en el Biobanco del Reino Unido. Entre estos, 3,641 habían consumido cannabis alguna vez en su vida, mientras que los 12,225 restantes nunca lo habían consumido. Los investigadores ajustaron los resultados tomando en cuenta factores como la edad, el consumo de tabaco y alcohol, y las condiciones de salud mental y física de los participantes.
¿Es el cannabis el verdadero responsable?
A pesar de las diferencias encontradas en la estructura y función cerebral de los consumidores, los análisis genéticos no respaldaron la idea de una relación causal entre el consumo de cannabis y las alteraciones observadas. Esto sugiere que el cannabis podría no ser el único responsable de estos cambios, y que otros factores aún no identificados deben ser considerados.
Además, el estudio encontró diferencias significativas entre sexos. Mientras que en los hombres las alteraciones se concentraron en seis regiones cerebrales, en las mujeres se extendieron a 24 áreas, lo que podría indicar que el cannabis afecta de manera distinta según el género.
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