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El Cannabis, en foco: Fumar o comer, ¿Cuál es el riesgo para la salud?

Redacción: Naome Zavala  

Cannabis
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Un nuevo estudio revela que tanto la marihuana fumada como los comestibles pueden dañar los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 


Ciudad de México – Con el auge de los comestibles de cannabis, la percepción de un menor riesgo en comparación con el cannabis fumado se ha popularizado. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), publicado en JAMA Network Open, derriba esta creencia al advertir que ambas vías de consumo de tetrahidrocannabinol (THC) pueden dañar los vasos sanguíneos en personas jóvenes y sanas. Esta disfunción endotelial, una alteración temprana de la función vascular, es una señal de alerta que puede anticipar enfermedades cardiovasculares graves como la hipertensión o el infarto. 

 

Disfunción Endotelial: Una Alerta Temprana 

El estudio CANDIDE se propuso investigar si el consumo crónico de cannabis, en cualquiera de sus formas, está relacionado con alteraciones en el endotelio, la capa que recubre el interior de los vasos sanguíneos. Cuando esta capa pierde su capacidad para dilatarse, regular la coagulación o responder a estímulos inflamatorios, se produce la disfunción endotelial, una condición precoz asociada al desarrollo de patologías cardíacas. "Se observó disfunción endotelial en usuarios de cannabis por lo demás sanos, lo que sugiere un mayor riesgo de desarrollo temprano de enfermedad vascular", señalaron los autores en el estudio. 

 

El ensayo transversal incluyó a 55 personas de entre 18 y 50 años, ninguno fumador de tabaco ni expuesto al humo de segunda mano. Los participantes se dividieron en tres grupos: consumidores crónicos de marihuana fumada, consumidores frecuentes de comestibles con THC y no usuarios. Los investigadores midieron la dilatación mediada por flujo (FMD), un indicador de la salud arterial, y la velocidad de onda de pulso (PWV), que evalúa la rigidez vascular. Además, expusieron células endoteliales humanas a suero sanguíneo de los participantes para medir la producción de óxido nítrico, un compuesto crucial para la función de los vasos. Los resultados fueron contundentes: "Las personas que consumían marihuana regularmente, en cualquiera de sus formas, presentaban una reducción de la función vascular comparable a la de los fumadores de tabaco", indicaron los autores. La FMD fue significativamente menor en ambos grupos de consumidores de cannabis en comparación con los no usuarios. 

 

 

Efectos Diferenciados y Riesgos Adicionales 

Aunque los comestibles también afectaron la función vascular, el estudio sugiere que fumar y comer cannabis dañan los vasos por mecanismos distintos. El Dr. Matthew L. Springer, autor principal del estudio, explicó que "fumar marihuana afecta negativamente la función vascular por razones diferentes a las de la ingestión de THC". La correlación entre el deterioro y la frecuencia de uso fue clara: a mayor consumo, mayor afectación. 


El auge de los comestibles, especialmente las gomitas, se ha disparado, con un mercado negro en el Reino Unido de 2.600 millones de libras anuales. Sin embargo, esta popularidad es engañosa. Médicos como Deepali Misra-Sharp advierten que los comestibles no están regulados y pueden contener dosis impredecibles de THC, lo que dificulta la titulación y aumenta el riesgo de efectos adversos como hipertensión, ansiedad, taquicardia o alteraciones del sueño. Además, se han reportado casos de ansiedad intensa, desorientación, vómitos e incluso episodios breves de psicosis. El THC también interactúa con cerca de 400 medicamentos, incluidos antidepresivos y anticoagulantes, y el CBD con más de 500 fármacos. El psiquiatra Niall Campbell alertó sobre el riesgo de trastornos mentales graves, incluyendo paranoia y episodios psicóticos. 

 

Un Llamado a la Conciencia y la Prevención 

La disminución de la función endotelial observada en el estudio de la UCSF equivale, en promedio, a la mitad de la función vascular de no usuarios, un deterioro que incrementa el riesgo de infarto, hipertensión y enfermedad vascular. Aunque el mecanismo exacto del daño del THC a los vasos sanguíneos aún no está claro, la evidencia sugiere que ambas formas de consumo son perjudiciales. Ante estos hallazgos, la Dra. Misra-Sharp enfatizó la necesidad de que los profesionales de la salud comiencen a preguntar rutinariamente sobre el consumo de cannabis, tanto fumado como en comestibles, y a mantener conversaciones honestas con los pacientes, enfocadas en la reducción de daños. 

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