Redactor: Sam Torne
La industria del cannabis en Estados Unidos ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, con 38 estados que han legalizado alguna forma de su uso. Sin embargo, a nivel federal, el cannabis sigue siendo ilegal, lo que impone restricciones fiscales y operativas a las empresas del sector. La reciente elección de Donald Trump para un segundo mandato presidencial ha generado expectativas y especulaciones sobre el futuro de la legalización del cannabis en el país.
Durante su primera campaña presidencial en 2016, Trump expresó que la legalización del cannabis debería ser una decisión de cada estado. Sin embargo, su administración adoptó una postura más estricta. En 2018, el entonces fiscal general Jeff Sessions rescindió el Memorando Cole, una directriz de la era Obama que limitaba la intervención federal en estados con leyes de cannabis más permisivas. Esta acción generó incertidumbre en la industria y temores de una posible represión federal.
A pesar de estas medidas, Trump mostró cierta flexibilidad al firmar la Ley Agrícola de 2018, que legalizó el cáñamo a nivel federal. Además, en 2018, indicó que «probablemente» apoyaría el STATES Act, una propuesta legislativa destinada a proteger a los estados que han legalizado el cannabis de la intervención federal.
Apoyo reciente a la Enmienda 3 en Florida
En septiembre de 2024, Trump manifestó su respaldo a la Enmienda 3 en Florida, una propuesta para legalizar el uso recreativo del cannabis para adultos en el estado. Este apoyo se interpretó como una señal de su disposición a considerar cambios en la política federal sobre el cannabis. Sin embargo, es importante destacar que la Enmienda 3 no alcanzó el 60% de votos necesarios para su aprobación, lo que refleja la complejidad del tema a nivel estatal.
Perspectivas de la industria del cannabis bajo una segunda administración Trump
Líderes de la industria, como Boris Jordan, CEO de Curaleaf, una de las principales empresas de cannabis en Estados Unidos, han expresado un optimismo cauteloso respecto a la nueva administración. Jordan señaló que, dado el compromiso público de Trump con la reforma del cannabis durante su campaña, es probable que intente avanzar en este ámbito. Sin embargo, también reconoció que la industria ha enfrentado múltiples decepciones en el pasado y que es prudente mantener expectativas moderadas.
Por otro lado, la nominación de Pam Bondi, exfiscal general de Florida, conocida por su oposición a la legalización del cannabis medicinal, para dirigir el Departamento de Justicia, ha generado preocupaciones. Activistas y empresarios del sector temen que su liderazgo pueda resultar en políticas más restrictivas hacia la industria del cannabis.
Opiniones de expertos y legisladores
El representante David Joyce, republicano de Ohio y promotor de un proyecto de ley de legalización en 2023, confía en que Trump seguirá un camino hacia una reforma responsable centrada en la seguridad pública. Sin embargo, expertos como Tate Bennett, codirector ejecutivo de la Coalition for Cannabis Policy, Education, and Regulation, advierten que la reforma del cannabis podría no ser una prioridad en los primeros 100 días de la nueva administración, dado que temas como la inflación y la reforma migratoria podrían ocupar un lugar más destacado en la agenda.
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