De Jamaica a Hispanoamérica: cómo el ska se transformó al fusionarse con mariachi y murga
- RootsLand
- 26 feb
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Redactor: Sam Torne

El ska llegó a México en los años 60 con pioneros como Toño Quirazco y Los Socios del Ritmo. Sin embargo, su popularidad explotó en los años 90 con bandas como Maldita Vecindad, Panteón Rococó, Los Estrambóticos e Inspector, que fusionaron ska con mariachi, cumbia y rock. El Multiforo Cultural Alicia en Ciudad de México fue clave para su difusión, convirtiéndose en epicentro del movimiento y consolidando al ska como un género de resistencia y expresión juvenil.
En 1995, el Multiforo Cultural Alicia albergó su primer concierto de ska, con menos de 100 asistentes. A partir de entonces, bandas como La Tremenda Korte y Nana Pancha crecieron en popularidad. En 1997, Panteón Rococó lanzó su primer demo, logrando difusión masiva y estableciendo el ska como un movimiento contracultural en México. Actualmente, el ska mexicano es reconocido a nivel internacional, participando en festivales globales como Vive Latino y Roskilde.
En Argentina, el ska llegó a través del rock a finales de los años 80. Bandas como Los Fabulosos Cadillacs y Los Auténticos Decadentes fusionaron ska con murga y rock, creando un sonido único que rápidamente ganó popularidad. Estas bandas no solo conquistaron Argentina, sino también América Latina, llevando su música a escenarios internacionales y consolidándose como referentes del ska latinoamericano.
Los Fabulosos Cadillacs lanzaron su álbum «El Ritmo Mundial» en 1988, introduciendo el ska en el rock argentino. En 1991, Los Auténticos Decadentes lograron éxito masivo con «El Murguero», fusionando ska con murga. A partir de los años 90, el ska se integró en festivales de rock, posicionándose como un género popular en Argentina. Hasta hoy, estas bandas siguen llenando estadios y encabezando festivales en toda Hispanoamérica.
El ska en Hispanoamérica no solo es música; ha sido un movimiento social y cultural. En México, bandas como Panteón Rococó abordan temas de justicia social y resistencia política, conectando con generaciones jóvenes. En Argentina, el ska se ha convertido en parte de la identidad cultural, integrándose en festivales y celebraciones populares. Este género ha logrado fusionarse con ritmos locales, reflejando las realidades y aspiraciones de las sociedades hispanoamericanas.