Redacción Jorge Segura ANCOP
Se han cumplido 50 años del lanzamiento de ‘Catch A Fire’, el disco que abrió al mundo al Rey del eggae. Que produjo en 1978 y lo llevó por primera vez a España, en una visita que dio lugar a momentos surrealistas.
“Fue el primer álbum en el que el arte y el carisma de Marley y The Wailers, —Peter Tosh y Neville, Bunny Wailer, Livingstone—, se aliaron con la visión comercial de Blackwell, que empezó a poner en juego la idea de roots, rock, reggae que había concebido para convertir el sonido de The Wailers en algo que pudiera conectar con mucha más gente”, afirma David Dr. Decker Vilches, especialista en reggae.
Fue el primer disco que grabó de modo profesional en un estudio, con las mismas condiciones que las estrellas rockeras del momento. Su modo de incorporar elementos del rock, blues, funk y soul facilitó el camino de su internacionalización.
“Le llamaron el Bob Dylan negro por algo”, expone Carlos Monty, periodista cultural y autor del libro Bob Marley. Positive Vibrations (Ed. La Máscara, 1994). “Su mensaje de emancipación de los oprimidos del mundo, del amor y las vibraciones positivas como única opción de vida posible, y el respeto por las raíces y la naturaleza, trasciende su localismo jamaicano y rastafari y apela a valores universales de paz y respeto mutuo con los que cualquier generación en cualquier parte del planeta se siente y ha sentido identificada”. “Marley, sin pretenderlo, conectó con los desheredados, y su extraordinario talante, a un tiempo revolucionario y espiritual, le convierten en el primer icono global surgido del llamado tercer mundo. No hay lugar del planeta donde no sea conocido”.
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