Redactor: Sam Torne

Carola Pérez, de 46 años, ha vivido gran parte de su vida enfrentando un dolor neuropático severo. Su travesía comenzó a los 11 años tras una caída que le fracturó el coxis. A pesar de múltiples intervenciones quirúrgicas, incluyendo la extracción del coxis a los 18 años, el dolor persistió y se intensificó, llevándola a someterse a numerosas cirugías adicionales. Este dolor constante la ha obligado a permanecer tumbada durante aproximadamente 15 horas al día y a evitar el contacto físico debido a una hipersensibilidad extrema.
Para mitigar su dolor, Carola recurrió inicialmente a opioides potentes, lo que la llevó a experimentar sobredosis accidentales y a desarrollar una dependencia que requirió tratamiento en una clínica de desintoxicación. Buscando alternativas, descubrió el cannabis medicinal, que se convirtió en su principal fuente de alivio. Utiliza el cannabis de diversas formas: mediante vaporizadores, aceites ricos en THC, cremas para cicatrices y óvulos vaginales para el dolor pélvico.
Activismo y desafíos en la regulación del cannabis medicinal en España
Carola es fundadora y presidenta de la asociación de pacientes Dosemociones y del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM). Desde estas plataformas, aboga por la regulación del cannabis con fines terapéuticos en España. Aunque el Ministerio de Sanidad ha propuesto un real decreto para regular el uso del cannabis medicinal, Carola y otras organizaciones consideran que la normativa es insuficiente. El decreto permite la dispensación de aceites con extractos de cannabis únicamente en farmacias hospitalarias y para ciertas patologías, sin contemplar otras formas de administración ni el autocultivo, lo que, según Carola, deja a muchos pacientes sin opciones legales viables.
El costo de vivir con dolor crónico
Además del sufrimiento físico y emocional, Carola enfrenta gastos significativos para manejar su condición, estimados en alrededor de 2.500 euros mensuales. Estos costos incluyen tratamientos especializados, adaptaciones en su hogar y la adquisición de cannabis medicinal, que en ocasiones debe cultivar ella misma debido a las restricciones legales actuales.
La historia de Carola Pérez pone de relieve los desafíos que enfrentan los pacientes con dolor crónico en España y la necesidad de una regulación más inclusiva y comprensiva del cannabis medicinal que considere las diversas necesidades de los pacientes.
Comentarios