Redacción: Inés Arroyo
En la medicina actual, los cannabinoides naturales y sintéticos juegan roles importantes. Entre estos últimos destacan la nabilona y el dronabinol, aprobados por la FDA para su uso en tratamientos específicos. Estos compuestos, aunque emulan al tetrahidrocannabinol (THC) del cannabis natural, aportan ventajas únicas en el contexto clínico, sobre todo en casos que requieren precisión en la dosificación y cumplimiento de normas legales.
¿Qué son la nabilona y el dronabinol?
La nabilona, comercializada como Cesamet desde 1985, se utiliza para tratar náuseas y vómitos severos en pacientes de cáncer que no responden a tratamientos convencionales. Este cannabinoide sintético imita al THC, interactuando con receptores específicos del sistema endocannabinoide para reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.
El dronabinol, bajo el nombre de Marinol, se receta para estimular el apetito en pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y para controlar las náuseas en personas bajo tratamiento de quimioterapia. Su presentación en cápsulas y solución líquida permite a los médicos adaptar el tratamiento a las necesidades de cada paciente, facilitando el consumo en casos de problemas digestivos o de deglución.
Ventajas de los cannabinoides sintéticos
Dosificación precisa y consistente. La mayor ventaja de los cannabinoides sintéticos es la dosificación exacta. A diferencia del cannabis natural, que puede variar en potencia y concentración, la nabilona y el dronabinol aseguran una dosis estándar y controlada. Esto resulta esencial para médicos que buscan aliviar síntomas específicos sin la variabilidad de las plantas de cannabis.
Accesibilidad y regulación legal. En regiones donde el cannabis natural no es legal, los cannabinoides sintéticos, al estar aprobados por la FDA, pueden ser recetados en todos los estados de EE. UU., ampliando las opciones para pacientes que requieren terapias a base de THC sin las restricciones legales del cannabis.
Tratamiento enfocado en síntomas específicos. A diferencia del cannabis natural, que contiene múltiples compuestos, los cannabinoides sintéticos ofrecen un enfoque directo en los efectos del THC, lo cual facilita el tratamiento de náuseas, vómitos y pérdida de apetito en pacientes con cáncer o SIDA.
Diversidad en la administración. Con opciones de cápsulas y soluciones líquidas, el dronabinol permite una administración flexible. Esto es crucial para pacientes con dificultades de absorción o deglución, quienes pueden beneficiarse de estas opciones ajustadas a sus capacidades.
Perfil de seguridad y eficacia establecidos. Con años de uso en entornos clínicos, los cannabinoides sintéticos tienen un perfil de seguridad consolidado. Los médicos conocen bien sus efectos secundarios y saben cómo mitigarlos, lo que asegura un uso eficaz y seguro.
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