Redactor: Sam Torne
Botswana, históricamente dependiente de la industria diamantífera, enfrenta actualmente desafíos económicos significativos. Bajo el liderazgo del presidente Duma Boko, el país ha iniciado una estrategia de diversificación económica, destacando el cáñamo y el cannabis medicinal como sectores clave para reducir la dependencia de los diamantes y abordar problemas como el desempleo y el estancamiento económico.
Durante décadas, los diamantes representaron aproximadamente el 80% de los ingresos por exportación de Botswana. Sin embargo, en los últimos años, estos ingresos han disminuido más del 60%. En su discurso inaugural sobre el estado de la nación, el presidente Boko enfatizó la necesidad de diversificar la economía: "El descenso de los ingresos por diamantes es una clara señal de que ya no podemos depender de un único producto».
Botswana enfrenta una tasa de desempleo del 27%, que se eleva al 38% entre la población joven. Este panorama ha llevado a la administración de Boko a priorizar la diversificación económica, enfocándose en sectores como la manufactura, la construcción y el emprendimiento juvenil. Además, se ha identificado al cáñamo y al cannabis medicinal como industrias con gran potencial para impulsar el Producto Interno Bruto (PIB) y generar empleos.
Potencial del cáñamo y el cannabis medicinal
Tradicionalmente, Botswana ha cultivado sorgo y maíz, cultivos resistentes a la sequía. Sin embargo, el cáñamo ofrece una alternativa lucrativa alineada con la creciente demanda mundial. El mercado internacional del cannabis medicinal también presenta oportunidades significativas para el crecimiento económico y la creación de empleo. La administración de Boko planea desarrollar el sector agrícola y aprovechar las energías renovables como parte de una transformación económica más amplia, donde el cultivo de cáñamo y cannabis desempeñará un papel central, siempre que se superen los obstáculos regulatorios.
Actualmente, Botswana mantiene una postura conservadora respecto al cannabis, prohibiendo su cultivo, posesión y consumo tanto para fines recreativos como médicos. Aunque el cultivo de cáñamo es legal, está sujeto a estrictas regulaciones que requieren exenciones formales y supervisión rigurosa. En 2022, una sentencia histórica del Tribunal Supremo restableció la exención de un agricultor para cultivar y procesar cáñamo industrial con fines médicos e industriales, evidenciando las deficiencias del marco normativo vigente. Esta decisión ofrece una oportunidad para que el gobierno de Boko desarrolle políticas alineadas con las tendencias internacionales y las necesidades económicas locales.
Países vecinos como Zambia, Zimbabue, Sudáfrica y Lesoto han adoptado el cultivo de cannabis con fines médicos o industriales, aprovechando su potencial económico. Estas naciones han implementado marcos regulatorios que permiten la producción y exportación de productos derivados del cannabis, generando ingresos y empleo. Botswana puede aprender de estas experiencias para desarrollar su propia industria del cáñamo y el cannabis medicinal, adaptando las mejores prácticas a su contexto específico.
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